“La programación me parece un arte, aunque a veces se llama picacódigos peyorativamente”. Resumen de la entrevista a la experta en datos sociales Mª Luz Congosto

“La programación me parece un arte, aunque a veces se llama picacódigos peyorativamente”. Resumen de la entrevista a la experta en datos sociales Mª Luz Congosto

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Con la crisis del coronavirus, los datos, su gestión y su comunicación han adquirido una relevancia a la que la ciudadanía no estaba acostumbrada. Al mismo tiempo, la proliferación de bulos y noticias falsas también ha irrumpido en el panorama de la información. Sobre estas cuestiones giró la entrevista de Inspira STEAM at home a la experta en datos sociales, Mª Luz Congosto (@congosto). Además, Congosto habló de sus vivencias en sus dispares etapas profesionales. Una mujer tecnóloga inspiradora que dice “las mujeres no tenemos límites. Tenemos muchas facetas, y tenemos que desarrollarlas todas”.

Puedes volver a ver aquí la entrevista o bien leer el resumen que te hemos preparado en 8 puntos.

 

 

1. Ingeniera informática de profesión, que después de la prejubilación se convierte en investigadora tras hacer un doctorado. Y ahora conocida como la cazadora de bulos en Internet. ¿Cómo surge esa faceta?

La tesis que hice fue de propagación de mensajes y caracterización de usuarios. Me interesaba mucho por qué las cosas son virales y lo que ocurrió fue que analizando lo que ocurría en Internet me encontré con muchos bulos y perfiles falsos. Y al final estoy estudiando muchas más propagaciones orientadas a la desinformación. Si veo algo raro o alguien me dice que hay algo raro, lo estudio.

2. ¿Cómo trabajas para seguir la pista de alguna desinformación?

Soy muy curiosa y si tengo una pregunta y herramientas para resolver esas preguntas, allá que voy. Lo primero es identificar una situación rara, que a veces veo o me llegan peticiones de gente. Si veo que hay tomate, lo sigo.

Lo segundo es descargarte los datos de Twitter. Y después generar de esos datos un análisis de red con algunas herramientas que existen. El efecto de RT (retuit) es endogámico y si lo analizas en clave de red, los algoritmos juntan a la gente que tiene RT en común y a la que no, la separa. Así se pinta la estructura de red y puedes ver lo que pasa: de qué habla cada grupo, lo que dice… y si ves algún elemento extraño lo analizas y ves su red de contactos. Se utilizan herramientas de visualización que te permiten ver estructuras. También puedes ver cómo se propaga algo. Por ejemplo, cuando hay un bulo, hay que analizar quién está favoreciendo que eso se propague. Ver si la propagación ha sido en red por usuarios normales o ver si es estimulada por usuarios con muchos seguidores. Si ves que hay 20 y que tienen relación, hay que pensar que hay coordinación o engaño colectivo.

3. Parece que la responsabilidad de verificar la información recae en cada ciudadano/a. ¿No es posible dar respuestas a nivel global (de compañía, administración…)?

La alternativa es que lo hicieran los gobiernos, pero es una alternativa peligrosa, porque quién sabe qué es la verdad y qué se va a publicar o no. Otra es que las plataformas lo regularan, pero su negocio se basa en que haya mucho ruido, inquina en las conversaciones…Reducir ese ruido sería reducir sus ingresos. Así que nos quedamos en el campo libre y somos nosotros, quienes utilizamos esas herramientas para comunicarnos, quienes tenemos que saber que es un mundo con ruido y que hay cosas que no son ciertas, y hay que ejercitar el espíritu crítico y no difundir cosas sin sentido. Creo que lo menos malo es que nos autorregulemos nosotros.  Creo que es una labor de inteligencia colectiva defendernos de estos bulos. Las otras alternativas rozarían el sesgo y la pérdida de libertad. Hay que tener educación y capacidad para vivir en un mundo de riesgos.

4. Has declarado: “para mí programar es una pasión y eso que hubo tiempos en que estaba mal visto y casi programaba clandestinamente”…

A mí la programación me parece un arte, pero a veces a las personas que se dedican a ello se les llama picacódigos y cosas peyorativas.

Cuando trabajaba en telefónica I+D, al principio, todos programábamos, fueras jefe o no. Pero en el 95 hubo una corriente de opinión que establecía que los jefes que programaban eran unos frikis, no estaban bien vistos. Nos quitaron las Workstation. Pero a pesar de ello y de que estaba mal visto, pues nos dedicábamos a programar dos horas al día para que nos se nos olvidara. Y lo hacíamos en la clandestinidad.

5. Hay una historia de la que fuiste protagonista llamada “Las niñas del MORE”. Un grupo paritario en los 90 y en un mundo tan masculinizado como las telecomunicaciones. ¿Cómo se produjo esto? 

En Telefónica I+D (del 90 al 95) desarrollamos un proyecto de I+d que era construir un corazón digital para las centrales de relés, para que se pudieran actualizar. Proyecto que partió de 0 y creció. Tuvimos que contratar a muchas personas rápidamente. Fuimos buscando gente, y como yo no discriminaba, me encontré con que tenía un equipo paritario. No tuve ningún inconveniente para contratar mujeres. El grupo funcionaba perfectamente y se le llamaba las niñas porque eran mujeres brillantes que estaban en sus 20 años. Fue una experiencia maravillosa y la comprobación de que las mujeres funcionamos muy bien en equipo.

6. En los últimos meses hemos asistido a comparecencias públicas sobre la evolución de la pandemia donde hay confusión de datos. ¿Qué está pasando? 

Estoy colaborando en un grupo (numeroteca.org) que recoge datos porque los primeros que suministraba la administración eran muy agregados, de comunidades autónomas, no había detalle de provincias. Y todo ocurrió en Twitter de manera casual. Uno dijo que había visto en televisión que había un mapa de información por provincias y que se lo bajaba y hacía scrapping. Luego, como había provincias de las que no había datos, surgió la figura del amadrinamiento. Es decir, una persona amadrinaba una región y buscaba datos para complementar la información. Una falta de comunicación inicial de datos de los gobiernos se ha ido ampliando con el trabajo colaborativo de un montón de personas de manera altruista. Y cuando se tenía todo, se ha cambiado el criterio, se han roto las series…un pequeño desastre. Entendemos que esto (por la pandemia) ha pillado por sorpresa, pero no han ido a mejor, sino a peor. Hay preocupación porque el caso es que tenemos mucha confusión con los datos. Esto no ha pasado solo en España, para ser justos. Pero se tiene que resolver. Hay que tener voluntad y luego recursos y competencia. En España hay buenísimos profesionales que pueden hacerlo. Nosotros seguimos trabajando y  la información del grupo colaborativo está en un repositorio para que se utilice. De hecho, se han hecho papers y algunos artículos a partir de estos datos. Son una fuente fiable porque acreditamos de dónde viene cada uno.

7. Mujer inspiradora para Mª Luz Congosto

La primera mujer que me inspiró fue mi profesora de Física en el instituto. Yo estaba en un colegio de monjas con una educación tradicional. Tenía una profesora que no era monja, que venía de fuera. Era algo diferente, nos enseñaba no solo física, sino que nos daba charletas sobre que una mujer tiene muchas facetas, no solo la de esposa y madre… que también existe la profesión, que hay mucho por hacer y que todo es bueno, compatible, que no hay que renunciar…  Ella tenía 3 hijos. Para mí era una “ídola” y yo quería estudiar Física por ella.

Otra figura que me encanta es Hedy Lamarr porque es la antítesis del estereotipo de científica fea y amargada. Ella era glamourosa, trabajaba en Hollywood y en los ratos libres se dedicaba a innovar.

No tenemos límites. Tenemos muchas facetas y tenemos que desarrollarlas todas, aunque luego nos gusten unas más que otras. Eso es la ciencia, gente con curiosidad que se pone a hacer cosas y las hace.

8. ¿Cuál es tu opinión sobre el chico de 17 años que ha sacado una web y app con datos del COVID y declinó una oferta millonaria?

Conozco esta noticia y me pareció fabuloso que un chico de 17 años no se deje comprar a la primera de cambio. Además, con un razonamiento totalmente lógico: yo tengo toda una carrera por delante y podré ganar mucho dinero en el futuro, así que no tengo por qué ensuciar esta web con publicidad. Ese caso no es normal. Pero el espíritu de ese chico de poder preservar su proyecto ante esa oferta tan tentadora me parece de un valor estupendo.

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About the author:

Inspira STEAM es un proyecto pionero para el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas, basado en acciones de sensibilización y orientación, que imparten mujeres profesionales del mundo de la investigación, la ciencia y la tecnología. Se trata de la primera vez que se utiliza la técnica del mentoring grupal en un proyecto de fomento de las STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths) entre estudiantes de primaria.

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